Resumen de Fire Emblem Sword of Seals

Este es un resumen de la historia del juego. Hecho por el usuario Ika Emblem del foro.


El juego se desarrolla en el continente de Elibe, una tierra antaño poblada por humanos y dragones que convivían en armonía. Sin embargo, esa paz fue destruida por un conflicto entre ambas razas conocido como “La Batida”; los humanos expulsaron a los dragones de Elibe gracias a ocho héroes que dirigían la ofensiva de la humanidad y, tras la victoria, la raza humana comenzó a diseminarse y desarrollarse por todo el continente. Varios países nacieron al amparo de esta nueva prosperidad sin que se produjeran grandes conflictos entre las naciones, de forma que Elibe conoció una nueva época de paz.

Mil años después de “La Batida”, el Reino de Biran/Bern, el país más poderoso militarmente de Elibe, gobernado por el Rey Zephiel, comienza a invadir súbitamente los reinos vecinos. Conquista Sacae, hogar de diversas tribus nómadas, e Ilia, el país más norteño de Elibe, conocido por sus tierras heladas y sus ejércitos de mercenarios. Posteriormente, Biran se prepara para iniciar la invasión de Lycia, una confederación organizada en marquesados. Los marquesados de Lycia se preparan para hacer frente a esta nueva amenaza.

Roy es el hijo del marqués de Pherae, Eliwood. Se encontraba estudiando en el marquesado de Ositia/Ostia cuando fue convocado por su padre para dirigir a las fuerzas de Pherae y unirse al ejército de la Liga Lyciana, dirigido por el marqués de Ositia, Lord Hector. Roy tuvo que reemplazar a su padre en este rol pues Eliwood se encontraba débil y enfermo.
Mientras se encaminaba al punto de encuentro de los ejércitos de la Liga Lyciana, fue abordado, cerca de la frontera con Biran, por una clériga que le pidió auxilio: su señora había sido capturada por los soldados de Biran mientras intentaba buscar a alguien del ejército lyciano para solicitar audiencia. Roy decidió ayudarla y consiguió liberar a la mujer. Ésta se identificó como Guinevere, la princesa de Biran. Aunque carecía de poder para detener a su hermano Zephiel, seguía queriendo detener la guerra a toda costa y por eso decidió concertar un encuentro con miembros de la Alianza Lyciana para dialogar. Roy le propuso entrevistarse con Lord Hector, líder de la Alianza Lyciana, para alcanzar un acuerdo pacífico y la princesa aceptó ir con Roy para reunirse ambos con Lord Hector.

Roy se dirigía al castillo de Araphen, donde Lord Hector había convocado a los ejércitos de cada marquesado. Cuando Roy se encontraba a una jornada del castillo, recibió la noticia de que la élite del ejército de Biran, dirigida por el mismo Zephiel, había atacado el castillo y diezmado el ejército lyciano. Roy se dirigió al castillo y encontró a un moribundo Lord Hector que, con su último aliento, le reveló que Zephiel planeaba conquistar todo el continente y que, para ello, contaba con la ayuda de dragones, las poderosas criaturas desaparecidas de Elibe hacía ya siglos. Antes de morir, Lord Hector ordenó a Roy dirigirse a Ositia para ponerse al frente del ejército lyciano para luchar contra la amenaza de Biran.

Guinevere reveló a Roy que ella había traído consigo desde Biran el Emblema de Fuego, un poderoso sello de la Casa Real de Biran que permitía despertar el poder de una espada legendaria, la Espada de los Sellos, gracias a la cual los Ocho Héroes habían podido vencer a los dragones en el pasado. La princesa de Biran intentaba disuadir a su hermano de la campaña de guerra continental haciéndole creer que el Emblema de Fuego se hallaba en manos enemigas, si bien la estrategia de Guinevere no había dado resultado y Zephiel había iniciado la guerra de todas formas.

Cuando se hallaban cerca de la frontera con Ositia, Roy descubrió que había estallado una rebelión en la ciudad dirigida por los caballeros partidarios de rendirse ante Biran. Los rebeldes habían tomado como rehén a Lady Lilina, la hija de Lord Hector y amiga de Roy. El joven se apresuró a dirigirse a Ositia para sofocar la rebelión y salvar a Lilina.
Roy se enfrentó a los rebeldes en las calles de la ciudad. Ante el rumor de que uno de los generales de Biran se encaminaba para unir fuerzas con los rebeldes, Roy envió un mensaje de ayuda a uno de los generales del vecino y poderoso Reino de Etruria, llamada Cecilia, que había sido su maestra en el pasado. Tras vencer la resistencia de los traidores en las calles de la ciudad, Roy se internó en el castillo de Ositia, rescató a Lilina y derrotó a las fuerzas rebeldes restantes. Tras ser informada del trágico destino de su padre, Lilina condujo al ejército de Roy a una cueva volcánica donde yacía una de las armas legendarias que habían sido empuñadas por los Ocho Héroes durante “La Batida”: Durandal, la espada llameante. Roy se hizo con la espada con la esperanza de tener algo con lo que hacer frente a los formidables dragones enemigos del ejército de Biran.

A la salida de la cueva, Roy fue informado de que el general de Biran que se encaminaba a Ositia había llegado. Éste le ordenó a Roy rendirse y entregar la ciudad, a lo que el joven se negó. Cuando todo parecía indicar que Roy tendría que enfrentarse al poderoso ejército de Biran, fue salvado por la intervención de Cecilia, la general de Etruria, que declara que la ciudad de Ositia estaba bajo protección de Etruria y que el general de Biran debía retirarse de inmediato. El general de Biran decide entonces replegar su ejército y huir de la ciudad. De esta forma el ejército de Roy fue salvado por el Reino de Etruria.

Con Lycia bajo el protectorado de Etruria, Eliwood convocó a los marqueses de Lycia para elegir al nuevo líder de la confederación. Se decidió que Eliwood sería el nuevo líder y su hijo, Roy, encabezaría el ejército de la Alianza Lyciana dado su éxito en los últimos enfrentamientos. El ejército lyciano había decidido adoptar posiciones defensivas frente a Biran en vez de contraatacar e intentar vencer a Biran en su propio territorio. Sin embargo, Biran había cesado en su hostigamiento a Lycia tras quedar bajo protección de Etruria.
Etruria, aprovechando esta tregua, pidió al ejército de Roy que viajara hasta las Islas Occidentales para derrotar a los numerosos bandidos y forajidos que allí vivían. Las islas eran un archipiélago situado al oeste de Etruria, en el extremo occidental del continente. Roy, estando en deuda con Etruria, aceptó viajar a las islas y realizar el encargo de Etruria.

En sus batallas en las islas, Roy descubrió que los líderes locales de Etruria se habían aliado con los bandidos para explotar los recursos y a la población local a espaldas del gobierno de Etruria. Roy decidió apoyar a un grupo de resistencia que pretendía oponerse a las autoridades de Etruria en las islas y liberar a los sufridos lugareños. Además, envió una carta a Cecilia contándole las tropelías que estaba cometiendo el gobierno local. En su recorrido por las islas, Roy se encontró con la líder del grupo de resistencia, Echidna, y a alguien que le estaba prestando apoyo a ella; un joven y misterioso bardo llamado Elffin.
Éste advirtió a Roy que la repentina solicitud de Etruria de enviarlo a las islas podría no haber sido hecha por el propio rey sino por ciertos consejeros reales que se sospechaba que podrían estar aliados con Biran. A pesar de que Roy consideró volver a Lycia, decidió no abandonar a su suerte a los lugareños de las islas y terminar su labor de liberación. Finalmente, el ejército llegó a la capital de las islas y derrotó a los líderes del gobierno local. Roy entonces decidió poner rumbo a Etruria continental para informar al gobierno sobre la caótica situación en que se encontraban sumidas las islas. Antes de abandonar el archipiélago, sin embargo, Roy consiguió hacerse con otra arma legendaria, el Hacha de Trueno Armads.

Cuando Roy estaba preparado para partir hacia Etruria, un mensajero avisó al grupo de que había estallado una rebelión en la capital de Etruria, Aquleia, encabezada por los consejeros que se sospechaba que estaban aliados con Biran, llamados Roartz y Arcard. Los rebeldes habían hecho prisionero al Rey Morded de Etruria y anunciaron su alianza con Biran y la intención de repartirse el continente. Ante estas noticias, Roy partió rápido para sofocar la rebelión.

La guerra había sumido a Etruria en una cruenta guerra civil, en la que algunos generales de Etruria se vieron forzados a apoyar a los rebeldes ante la delicada situación de su rey, prisionero de éstos. Los miembros de la resistencia contra los rebeldes, liderados por Cecilia, habían sido arrinconados por las fuerzas de Biran en un castillo muy al sur de la capital de Etruria. El mismo Rey Zephiel se encargó de luchar contra Cecilia, a la que dejó gravemente herida antes de retirarse y dejar la batalla en manos de sus generales. Roy hizo frente al ejército de Biran y a las fuerzas rebeldes de Etruria.
En el fragor de la batalla, Elffin consiguió contactar con uno de los generales de Etruria forzados a luchar en el bando rebelde y Elffin se presentó como el heredero al trono de Etruria, el príncipe Mildain. Supuestamente, el príncipe había muerto hacía un año en un accidente, pero Elffin le reveló la verdad: había sido víctima de un atentado que casi le había costado la vida, pero había logrado sobrevivir y ocultarse en las islas mientras se recuperaba, aunque oficialmente había sido dado por muerto. Al quedar garantizada la seguridad del trono con la reaparición del príncipe Mildain, el general decidió apoyar al heredero e informar posteriormente a los soldados que como él habían sido coaccionados.
La situación de la batalla cambió a favor de Roy, que consiguió vencer a los comandantes de Biran y rescatar a Cecilia, quien había sido atendida por una misteriosa muchacha. Esta joven condujo a Roy hasta su aldea, una ciudad llamada Arcadia, ubicada en el desierto, que había sido construida gracias a la colaboración de humanos y dragones. En la aldea se encontraba otra arma legendaria, el libro mágico Forblaze, el elemento infernal. Arcadia se encontraba bajo el asedio de Biran, que intentaba hacerse con el arma, pero la intervención de Roy permitió liberar la ciudad y conseguir el libro.

Tras la batalla en Arcadia, Roy se dirigió a Aquleia para liberar la capital de las huestes de Biran. Tras una fiera batalla contra uno de los generales más poderosos de Biran, Roy consiguió liberar la ciudad y rescatar al rey. También acabó con la presencia de Biran en la torre sagrada del país que guardaba otra de las armas sagradas, el libro mágico Aureola, la luz suprema o el pináculo de luz.
Tras la batalla, Roy habló con Guinevere, diciéndole que la Alianza no podía seguir eludiendo el enfrentamiento directo con Biran por más tiempo y que debían atacar la patria de Guinevere. Ella decidió confiar a Roy el Emblema de Fuego, y le reveló que se trataba de la llave para abrir el Santuario de los Sellos, donde descansaba la Espada de los Sellos, el arma que había usado el fundador de Biran y líder de los Ocho Héroes, Hartmut, para acabar con el líder de los dragones, el dragón oscuro, muchos siglos atrás. Guinevere pretendía detener a su hermano y entendió que la decisión de Roy de derrotar a Biran era la correcta.

 

*En este punto las acciones del jugador determinarán si Roy continúa su avance hacia Biran por tierras de Ilia o si, por el contrario, lo hace por tierras de Sacae*

 

- Ruta de Sacae
Roy persiguió a Roartz y Arcard, responsables del golpe de estado contra el rey de Etruria, por las tierras de Sacae.
Este país era el hogar de diversas tribus nómadas, en una extensa llanura de pastos que se prolongaba en el horizonte. El ejército unido de las tropas de Roy y los soldados de Etruria, ahora nombrado Ejército de Etruria, se internó en las extensas planicies de Sacae persiguiendo a los traidores de Etruria. Roy logró vencer a Arcard cerca de la frontera y prosiguió su marcha.
Pronto tuvo que hacer frente al clan Djute, el grupo de nómadas más poderoso de la región, que había aceptado el liderazgo de Biran. Roy se enteró de que la mayoría de los clanes que se habían opuesto a los Djute habían sido diezmados, pero que el clan de los Kutolah aún permanecía luchando contra Biran y los Djute, por lo que su colaboración constituiría una valiosa ayuda al ejército de Roy. Con esfuerzo, Roy fue logrando doblegar a los Djute y penetrar en Sacae. A medida que avanzaba, oyó rumores que parecían indicar que Biran habría logrado resucitar al dragón oscuro y lo estaría usando para producir dragones de guerra para su ejército.
Aunque se trataba de algo preocupante, Guinevere tenía una historia que contar al joven comandante no menos terrible. Roy había oído historias sobre cómo Zephiel había asesinado a su padre para alzarse con el trono de Biran. Guinevere le contó a Roy que, efectivamente, Zephiel había acabado con la vida de su padre, pero que, al contrario de lo que apuntaban los rumores, no había sido para conseguir el trono. Guinevere le explicó a Roy que la relación entre Zephiel y su padre siempre había sido difícil. Zephiel era un joven extremadamente dotado tanto para el estudio intelectual como para la lucha y el liderazgo, lo que había despertado la envidia del rey. Éste provocaba y molestaba constantemente a su hijo y su odio llegó hasta tal punto de que trató de asesinarlo envenenando su bebida. Zephiel estuvo un tiempo entre la vida y la muerte, pero consiguió reponerse. Sin embargo, fingió su muerte y mató a su padre en un funeral simulado, apuñalándolo cuando el rey se acercó a examinar el cuerpo de Zephiel que descansaba en el ataúd. Guinivere sentía una gran pena por la historia de Zephiel, pero no podía permitir que su hermano intentara conquistar Elibe. Aunque le resultaba muy duro ver su país en guerra, comprendía que las acciones de Roy eran las más beneficiosas para su país y para todo Elibe.

Mientras tanto, la campaña de Roy en Sacae avanzaba a buen ritmo. Roy llegó a las puertas de Bulgar, la capital de Sacae, uniendo fuerzas con el clan Kutolah, que ya llevaba tiempo enfrentándose contra el clan Djute y el Reino de Biran. Finalmente, lograron acorralar a Roartz en Bulgar y derrotarlo. Además, Roy consiguió un arma sagrada más, el arco de los vientos Miugre. Tras derrotar al ejército de Biran en Sacae, Roy condujo a su ejército hacia la frontera de Biran, entrando por el norte. Antes de enfrentarse al poderoso ejército de Biran en sus propias tierras, obtuvo de manos de un alto sacerdote de la Iglesia de Elimine, en Elibe, la lanza de nieve y hielo Malte, el arma legendaria que descansaba en Ilia.

 

- Ruta de Ilia
Los artífices del fallido golpe de estado en Etruria, los consejeros Roartz y Arcard, huyeron hacia Ilia, el país más septentrional de Elibe. Se trataba de un territorio azotado por fuertes ventiscas de nieve y que era famoso en el continente por su ejército de jinetes de pegaso y sus bandas de mercenarios. El ejército de Roy, ahora nutrido con los soldados de Etruria y rebautizado como Ejército de Etruria, se apresuró a perseguir a los traidores de Etruria. Logró derrotar a Arcard cerca de la frontera e internarse en los fríos bosques de Ilia.
A medida que iba avanzando por las gélidas tierras de Ilia, Roy oyó rumores que indicaban que Biran habría conseguido resucitar al dragón oscuro y lo estaría utilizando para producir más dragones de guerra. Esos rumores turbaron a Roy, pero no menos que la historia que Guinevere le contó acerca de su familia. Ella le dijo que, tal como decían los rumores que Roy había oído anteriormente durante sus andanzas por el continente, Zephiel había asesinado a su padre, el anterior rey de Biran. Sin embargo, la causa a la que apuntaban los rumores, que era que Zephiel había matado a su padre para usurparle el trono, era falsa. En realidad, había sido la brillantez de Zephiel tanto en las artes intelectuales como en el combate y el liderazgo la que había sembrado la envidia en el corazón de su padre. Éste, incitado por los celos, no hacía más que provocarle y humillarle a la mínima ocasión. Esta situación llegó a su límite cuando el rey intentó matar a su propio hijo envenenándole. Zephiel, fingiendo su muerte, apuñaló a su padre en su falso funeral, cuando el rey se agachó sobre su ataúd para comprobar que su asesinato había tenido éxito. Guinevere sentía una profunda lástima por su hermano, víctima de la crueldad paterna, pero a pesar de todo no podía tolerar que Zephiel decidiera invadir el resto del mundo. Por eso, a pesar de que le resultaba muy duro ver a su país en guerra, sabía que las acciones de Roy llevarían a un futuro mejor para su pueblo.

El avance de Roy por Ilia progresaba sin contratiempos y logró arrinconar a Roartz en Edessa, la capital de Ilia. Tras vencerle y liberar la ciudad, Roy tuvo la oportunidad de conseguir otra arma más, la lanza de nieve y hielo Malte. Una vez que la presencia de Biran en Ilia fue eliminada, Roy se encaminó hacia las tierras de Biran, entrando por la frontera norte. Antes de hacer frente a Biran en su propio territorio, obtuvo de manos de un alto sacerdote de la Iglesia de Elimine, en Elibe, el arco de los vientos Miugre, el arma legendaria que reposaba en Sacae.

 

*A partir de este punto ambas rutas se unen*

 

Finalmente, Roy consiguió penetrar en Biran. El Ejército de Etruria marchó contra la élite de las fuerzas de Biran, lideradas por el más poderoso de los generales del rey. Justo antes de la inminente batalla, Roy recibió importantes noticias. Aparentemente, Biran había conseguido resucitar al dragón oscuro. Aunque en el pasado el héroe Hartmut habría conseguido derrotarlo, no le habría dado el golpe fatal. En su lugar, habría sellado al dragón en un lugar remoto de las montañas de Biran utilizando la Espada de los Sellos. Esto llevó a Roy a concluir que necesitaría la espada mítica para sellar o destruir al dragón oscuro.
Puesto que los dragones pueden adoptar una apariencia humana, sería posible que el dragón oscuro se encontrara camuflado entre los soldados de Biran. Roy fue informado de una posible sospechosa: una misteriosa chamán que acompañaba siempre a Zephiel, la llamada Sacerdotisa Oscura. Con esta nueva información, la intención de Roy de vencer a Biran y restaurar la paz fue más firme que nunca.

El Ejército de Etruria consiguió abrirse paso hasta el Santuario de los Sellos. El ejército de Biran esperó a Roy en las cercanías del templo y pronto se libró una de las batallas más sangrientas de la historia de Elibe. Roy consiguió alzarse victorioso y logró penetrar en el Santuario de los Sellos. Allí, Roy se hizo con un arma sagrada más, el libro de magia Apocalipsis, la oscuridad silenciosa. De vuelta al exterior, Roy pudo al fin contemplar la Espada de los Sellos descansando en el altar. Utilizando el Emblema de Fuego, Roy consiguió extraer la espada del altar y hacerse con el arma sagrada. Con estas nuevas y poderosas armas, Roy se dirigió hacia el castillo de Biran para poner fin a la guerra.

Por fin, Roy entró en el castillo. Zephiel, antes de la batalla, ordenó llevar a la Sacerdotisa Oscura, Idoun, lejos del castillo por si él caía derrotado ese día. Zephiel le encomendó a Idoun la misión de “liberar” al mundo si él fracasaba. Idoun aceptó la misión del rey y abandonó el castillo.
Roy inició el asedio. Con esfuerzo logró abrirse paso hasta la sala del trono, donde le esperaba Zephiel. Antes de batirse, Roy le preguntó al rey de Biran por qué inició la guerra. Él le respondió que la raza humana es una especie inmunda, capaz de traicionar a sus amigos y familia por un poco de poder. La avaricia, el odio y los celos se esparcen por el mundo y es una situación que no cambiará mientras los humanos dominen la tierra. Por esa razón, Zephiel se propuso liberar al mundo de la humanidad. Utilizando al dragón oscuro, Zephiel quería conquistar el mundo para entregárselo a los dragones, una raza que consideraba más apta para reinar sobre la tierra. Puesto que los dragones no tienen los sentimientos que poseen los humanos, su reinado tendría que ser más justo y pacífico. Roy, en cambio, no se mostró de acuerdo con esas afirmaciones. Admitió que los humanos son capaces de cosas horribles, pero sostuvo que deben ser ellos mismos, los humanos, los que deben corregir sus propios errores. De esta forma, el duelo verbal entre ambas convicciones se transformó en un choque de armas entre el rey de Biran y el comandante del Ejército de Etruria. Tras una espectacular lucha, Roy consiguió derrotar a Zephiel, poniendo fin a la guerra de Elibe.

Sin embargo, la misión de Roy no había llegado a su fin. Aunque la guerra había terminado, Roy partió en busca de Idoun. Las armas divinas revelaron con un místico brillo que el lugar que buscaba Roy era el Templo del Dragón. El joven comandante se encaminó hacia el santuario e hizo frente a las escasas fuerzas de Biran que aún protegían este lugar bajo órdenes de Zephiel.
Tras vencerlos, Roy entró en el templo. Allí se encontró con una persona llamada Yahn, quien se presentó como el último dragón puro del templo, un ser que luchó contra los humanos en “La Batida”, hacía ya mil años. Yahn le explicó a Roy que el dragón oscuro no era el líder de los dragones, tan sólo un “objeto” que les permitiría alzarse con la victoria y traer esperanza a su raza. A medida que Roy penetraba en el templo, Yahn continuaba su historia. Le explicó que el dragón oscuro había nacido de un dragón divino, la especie más poderosa entre los dragones, al que habían destruido su alma para que siguiera sin vacilar las órdenes del líder de los dragones. La misión del dragón oscuro era producir dragones de guerra, un tipo de dragón creado únicamente para luchar. Puesto que la ventaja numérica de los humanos era un obstáculo para la victoria de los dragones, poseer un dragón capaz de producir dragones de guerra era un elemento fundamental si pretendían imponerse a la especie humana.
Ningún dragón divino estaba de acuerdo con los planes de los otros dragones, por lo que capturaron a una joven dragona divina, Idoun, y le arrebataron el alma para que no cuestionase sus instrucciones. De esta forma, los dragones vencieron el problema de su menor número de efectivos y fueron imponiéndose a los humanos. Sin embargo, al final, los humanos descubrieron la existencia del dragón oscuro y decidieron crear poderosos artefactos capaces de vencer a los dragones: Las llamadas “armas sagradas”. A los humanos más poderosos les fueron confiadas esas armas y las utilizaron para enfrentarse a los dragones. Cuando humanos y dragones lucharon con todas sus fuerzas, ocurrió un hecho imprevisible. Las leyes de la naturaleza se destruyeron: la nieve empezó a caer en verano y las estrellas se veían al mediodía. Tal evento se conoció como “Invierno Final”.
Con las leyes de la naturaleza completamente fuera de control, a los dragones les resultaba extremadamente difícil mantener su forma original, por lo que adoptaron una forma humana, que no requería tanta energía, y sellaron su poder en gemas especiales, las Rocas Dragón. Con esta nueva forma, los dragones no pudieron hacer frente a los humanos y perdieron la guerra. Esta situación hubiera sido el final de la historia, pero todo cambió cuando Zephiel se propuso devolver el mundo a los dragones y liberó al dragón oscuro. Zephiel tuvo esta oportunidad porque los Ocho Héroes no habían acabado con el dragón oscuro, sólo lo habían sellado. Al comprobar que el dragón oscuro era una débil niña con apariencia humana, los Ocho Héroes vacilaron y, aunque sabían que debía ser derrotada y lucharon contra el dragón oscuro, en el último momento la espada de Hartmut, la Espada de los Sellos, reaccionó a los verdaderos sentimientos de su amo y no mató a Idoun. Él decidió confinarla en un templo que construyó en Biran y selló la entrada utilizando la Espada de los Sellos y el Emblema de Fuego. Cuando Zephiel liberó el sello, Yahn, que se hallaba aún curándose de las heridas recibidas durante “La Batida”, sintió por primera vez en mil años cómo el poder volvía a fluir en él gracias a la liberación del dragón oscuro. Yahn se puso en contacto con Zephiel y decidió trabajar con él cuando supo que la verdadera intención del rey de Biran era entregar el mundo a los dragones. Zephiel le encomendó a Idoun la misión de liberar al mundo como ya había intentado antaño bajo las órdenes del líder de los dragones.

Roy, sin embargo, se mostró turbado. No entendía por qué Idoun seguía obedeciendo las órdenes de Zephiel incluso después de muerto. Yahn le explicó que Idoun era una criatura creada para que siguiera las órdenes de su amo, por lo que no importaba si él había muerto o no. Roy sintió lástima de Idoun, cosa que Yahn no podía comprender pues eran sentimientos humanos que carecían de valor para los dragones. Yahn le dijo que esa era la razón por la que la convivencia entre ambas razas era algo completamente imposible. Roy le respondió que eso no era cierto, puesto que él mismo había visto cómo la existencia de la ciudad de Arcadia demostraba que la convivencia entre ambos era posible. Yahn no consideró que eso fuese cierto y no dio crédito a las palabras de Roy. Tras esto, Roy y Yahn se enfrentaron y Roy consiguió vencer al dragón. Con esta última victoria, el camino para el desenlace de la historia de Roy quedó al fin despejado.

Roy había llegado a la batalla final. Ante él se encontraba el dragón oscuro, Idoun. Roy intentó disuadirla de su objetivo, le explicó que no tenía un motivo para luchar, no había razón para seguir ciegamente unas órdenes que ya no tenían sentido. Pero Idoun se negó a escucharle y se mantuvo frme en llevar a cabo la misión que le había sido encomendada. Se transformó en su forma de dragón y se enfrentó a Roy. Él, armado con la Espada de los Sellos, le hizo frente y consiguió derrotarla.
Tras vencerla, el templo empezó a derrumbarse por la energía liberada durante el combate. Roy y su grupo escaparon de la destrucción del santuario. Cuando se encontraban fuera del templo, sus compañeros se dieron cuenta de que Roy llevaba a Idoun a sus espaldas.

De esta forma, esta guerra, conocida después como el “Gran Movimiento de Biran”, tocó a su fin. Etruria entregó el vencido Reino de Biran a la Princesa Guinevere, quien fue coronada reina. Roy volvió a su tierra con el fin de dirigir la reconstrucción de su patria.

La última escena del juego muestra cómo Roy dejó a Idoun en Arcadia, donde creyó que podría recuperarse lentamente de las situaciones traumáticas a las que había sido expuesta. Aunque en un principio no parecía mostrar mejoría alguna, poco a poco empezó a desarrollar emociones y expresar sentimientos, lo que abrió una puerta de esperanza a la posibilidad de que, algún día, pudiera recuperar el alma que le había sido arrebatada para forzar una guerra entre dos razas que están llamadas a entenderse algún día, como ya lo hicieron en Arcadia.

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